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A lo largo de la historia de la humanidad se han llevado adelante transformaciones, casi en forma permanente, en cuanto a las formas de hacer y de pensar. La concepción de belleza no está exenta y ha ido transformándose a medida que pasa el tiempo.
Lo que hoy consideramos bello, seguramente no lo era en la Antigüedad y posiblemente no lo sea en el futuro. Pero no solo eso, sino que también la idea de “adolescencia” fue cambiando. Los adolescentes de hoy eran considerados adultos en el siglo pasado y seguramente la adolescencia en algunos años haya cambiado completamente con respecto a la de hoy. Por otro lado, los jóvenes son diferentes según las experiencias que viven. Ser adolescente en una población de esquimales en el Ártico seguramente sea muy diferente a ser adolescente en la Argentina. Inclusive, en nuestro país, los jóvenes de diferentes regiones viven contextos distintos que influyen en su concepción de adolescencia.
Lo que sí podemos asegurar es que la adolescencia está atravesada por cambios, algunos permanentes, como los cambios corporales, y otros cambios de carácter subjetivo, como por ejemplo, los gustos musicales.
Los estereotipos de belleza, es decir, las modas con respecto a lo considerado bello o no en una determinada época o lugar, tienen influencia sobre el accionar de las personas, especialmente en el grupo adolescente. Tanto es así que, en ocasiones, hasta es posible encontrar algunos desequilibrios en el estado de salud, relacionados con estos estereotipos exagerados. La bulimia y la anorexia, entre otras patologías, son ejemplos de la influencia negativa de los estereotipos hegemónicos en la salud de las personas.
